Buena para el corazón: por qué deberían inlcuir esta proteína en tu alimentación diaria

Un verdadero tesoro nutricional que no puede faltar en tu dieta diaria para alcanzar una vida plena y saludable.

General12/09/2025Redaccion PNRedaccion PN
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En la búsqueda de un estilo de vida que promueva la salud cardiovascular, la alimentación juega un papel insustituible. Dentro de los macronutrientes esenciales —carbohidratos, grasas y proteínas—, estas últimas adquieren una relevancia particular. El corazón, al ser un músculo vital, depende de un aporte adecuado de proteínas para mantenerse fuerte y funcional. Si bien todas las proteínas son importantes, los especialistas en cardiología y diversas entidades médicas coinciden en señalar que hay una fuente proteica que se destaca por sus propiedades únicas y sus amplios beneficios para nuestro sistema cardiovascular: el pescado.

Pescado: el aliado fundamental para tu salud cardiovascular y bienestar general

El pescado es considerado la proteína número uno para la salud del corazón, una recomendación que cobra fuerza en patrones alimentarios como la dieta pesco-mediterránea. Sus beneficios no se limitan solo al corazón, sino que abarcan múltiples aspectos de la salud, convirtiéndolo en un alimento indispensable en la dieta diaria.

Proteínas de alta calidad para la recuperación muscular y el corazón: El pescado es una excelente fuente de proteínas completas, lo que significa que contiene todos los aminoácidos esenciales que el cuerpo necesita. Estas proteínas son cruciales no solo para la reparación y el crecimiento muscular después del ejercicio intenso en deportistas, sino también para la conservación y el fortalecimiento del tejido cardíaco. Con un contenido de aproximadamente 23 gramos de proteína por cada 100 gramos, el atún, por ejemplo, supera a muchas carnes en densidad proteica.

Ácidos grasos Omega-3: un tesoro para tu sistema circulatorio: El principal atributo que distingue al pescado es su elevado contenido de ácidos grasos omega-3, especialmente EPA (ácido eicosapentaenoico) y DHA (ácido docosahexaenoico). Estos ácidos grasos poliinsaturados son cruciales para la salud, y dado que el cuerpo humano no puede producirlos, deben incorporarse a través de la dieta. Se encuentran en abundancia en pescados grasos o azules como el salmón, el atún, las sardinas, la caballa y el arenque.

Nutrientes esenciales para el funcionamiento óptimo del organismo: El pescado es rico en una variedad de vitaminas y minerales esenciales. Aporta vitaminas del grupo B (especialmente B6 y B12), vitales para el metabolismo energético y la formación de glóbulos rojos, previniendo problemas como la anemia. También es una fuente de vitamina D, fundamental para la salud ósea, la absorción de calcio y el fortalecimiento del sistema inmunológico. Minerales como el hierro, zinc, magnesio y yodo también están presentes, apoyando la función muscular, ósea y la salud de la glándula tiroides.

Apoyo a la salud cerebral y la memoria: Los ácidos grasos omega-3, junto con la vitamina B12, son componentes esenciales de la estructura del cerebro y el sistema nervioso. Su consumo puede mejorar la concentración, la claridad mental y la función cognitiva, siendo de gran ayuda en todas las etapas de la vida, desde la infancia hasta la tercera edad. Incluso se ha sugerido que pueden ayudar a proteger contra la demencia del Alzheimer y mejorar la memoria en adultos mayores con deterioro cognitivo leve.

Fácil digestión y contribución al control de peso: A diferencia de las carnes rojas, el pescado es de fácil digestión debido a su menor concentración de proteínas y tejido conjuntivo. Además, su bajo contenido de colesterol LDL y grasas saturadas, sumado a su riqueza en grasas poliinsaturadas, lo convierte en un alimento que no engorda y que, según estudios, puede reducir el riesgo de obesidad y diabetes en poblaciones que lo consumen más que carne.

¿Cómo y cuánto pescado consumir para maximizar los beneficios?

La Fundación Dieta Mediterránea y la Asociación Estadounidense del Corazón (AHA) recomiendan incluir pescado en la dieta de forma regular. Para la población general, se aconsejan al menos dos porciones de pescado de 85 gramos a la semana, preferentemente horneado o a la plancha. Para pacientes con enfermedades cardiovasculares, la recomendación puede aumentar hasta un gramo diario de EPA + DHA, ya sea a través del pescado o suplementos de aceite de pescado.

Es importante desterrar mitos: el pescado es beneficioso tras una operación por sus proteínas de alta calidad que favorecen la cicatrización. Los pescados de carne oscura, como el jurel o la caballa, son excelentes por su mayor concentración de hierro y omega-3. También es ideal para la cena, ya que su rápida digestión no perjudica el descanso. Y no hay diferencia significativa en las propiedades nutricionales entre el pescado fresco, congelado o en conserva, siempre y cuando se elija adecuadamente este último.

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